Y he de morir en tus ojos,
negra noche que embruja mis sentidos.
Como agua del mar que bebe de mis labios.
Y soy espíritu nocturno,
sigilosa caricia que habita tu sueño,
la mano que no se ve y llega hasta ti.
Y he de vivir eternamente.
En tu cuerpo, en tu alma y tu razón,
porque soy el destierro del odio.
Y tú,
tan solo eres mi amor.